¿Por qué hay que evitar las contenciones mecánicas?

Iniciar un proceso de reducción de contenciones mecánicas en las unidades hospitalarias de salud mental se ha convertido en un reto y en una obligación de las organizaciones sanitarias.

En los últimos años se ha hecho más visible un rechazo hacia estas prácticas y se han cuestionado sus beneficios terapéuticos; no sólo por parte de los propios usuarios que las sufren y por la sociedad en general, sino también por los propios profesionales que (cada vez de una forma más creciente) están convencidos de que las contenciones mecánicas son evitables y pueden ser sustituidas por alternativas más seguras y beneficiosas para la recuperación de la persona.

Sin datos fiables

No disponemos de datos concretos y fiables del índice de contenciones mecánicas practicadas en el estado español. Esta falta de transparencia pública de datos y de información muestra el desconocimiento de la magnitud real del problema; no obstante, los últimos estudios demuestran que la contención mecánica es la segunda medida coercitiva más empleada (tras la administración de tratamiento forzoso) y presenta una prevalencia de uso que en algunas instituciones puede llegar a ser mayor del 20%, muy por encima de la media de otros países de la Unión Europea.

Un problema internacional

Varios organismos internacionales también han reclamado el abandono de estas prácticas. El Relator Especial de la ONU en el año 2013 catalogó las contenciones mecánicas como una práctica constituible de tortura y maltrato, y que vulnera los derechos humanos y fundamentales del ser humano; paralelamente, la OMS afirma que la aplicación de esta medida nunca está justificada ni siquiera en circunstancias extremas.

Aun así, en España no disponíamos de una regulación de uso y colocación de contenciones mecánicas, pero a raíz de varios fallecimientos de personas en contención mecánica y con irregularidades en su prescripción y uso, el año pasado nació la Instrucción 1/2022 del 19 de enero del 2022 de la Fiscalía General del Estado “sobre el uso de medios de contención mecánicos o farmacológicos en unidades psiquiátricas o de salud mental y centros residenciales y/o sociosanitarios de personas mayores y/o con discapacidad”, en el que se regula el uso, prescripción y consentimiento del uso de contenciones mecánicas. Se trata de una instrucción aún insuficiente para erradicar el uso de contenciones mecánicas, pero representa un pequeño avance que aviva la esperanza de poder llegar a ello.

Los profesionales sanitarios: la palanca del cambio

Para poder iniciar esta transformación, la principal palanca de cambio debe ser el propio personal asistencial.

Debemos ser los propios profesionales los que pongamos la motivación y la voluntad de buscar alternativas a la contención mecánica

Huir de la rigidez y de un modus operandi tradicionalmente paternalista basado en una cultura coercitiva, y explorar nuevos caminos para ofrecer una atención basada en el respeto, la empatía y la dignidad.

Iniciar este proceso en las unidades de hospitalización es necesario por las siguientes razones:

  • Las contenciones mecánicas son unas medidas que presentan unos elevados riesgos para la seguridad del paciente. Pueden presentar múltiples complicaciones a nivel físico que incluso podrían conducir al fallecimiento de la persona. También pueden provocar secuelas psicológicas que podrían llegar a ser permanentes, como por ejemplo el trastorno por estrés post traumático generado por el propio impacto que causa este tipo de medidas en la persona. A su vez, son procedimientos que también presentan riesgos para la seguridad de los trabajadores, ya que durante la contención física es el momento en el cual existe un mayor riesgo de lesiones para el personal asistencial que participa en la reducción física, y en forma de segundas víctimas con secuelas psicológicas para los profesionales que no participan de forma activa pero que pueden presenciar el episodio.
  • El uso de contenciones mecánicas vulnera los derechos fundamentales de la persona. Las contenciones mecánicas vulneran la dignidad y voluntad de las personas que las sufren, ya que son actos que privan de libertad y suelen ir acompañados de sentimientos de humillación, impotencia, vulnerabilidad y de recepción de violencia injustificada. A su vez, son medidas que chocan con los 4 principios de la bioética.
  • Las contenciones mecánicas son evitables. Cambiar el paradigma y la filosofía de atención hacia personas con problemas de salud mental, y en especial a la utilización que se da a las contenciones mecánicas, resulta esencial para iniciar la transformación. Analizar la causa raíz de por qué se originan estas situaciones y detectar acciones correctoras, capacitar al personal asistencial en habilidades comunicativas y de desescalada verbal en situaciones de crisis y reflexionar sobre el enfoque de la atención que se ofrece y modularlo hacia una atención basada en los derechos y centrada en la persona resultan esenciales para evitar muchas contenciones mecánicas.

Safewards: cómo abordar situaciones de conflicto en las unidades de salud mental

En las unidades de hospitalización de salud mental nos enfrentamos continuamente a situaciones y eventos que pueden suponer un riesgo para la integridad y la seguridad, tanto de usuarios como de los propios profesionales. El aislamiento, la administración de tratamiento farmacológico en contra de la voluntad de la persona y las contenciones mecánicas son un ejemplo de las medidas restrictivas que suelen utilizarse con frecuencia en los servicios de salud mental para abordar estas situaciones.

Safewards es un modelo específico para las unidades de hospitalización de salud mental, que ayuda en la gestión de estos episodios, analizando los factores contribuyentes que pueden incidir en el origen de los conflictos y en las medidas de contención que se llevan a cabo.

Los conflictos son originados desde 6 dominios de origen que, tras la aparición de algún desencadenante, puede dar lugar a puntos de tensión específicos. Si estos puntos de tensión no se resuelven es cuando se pueden producir los conflictos y, en consecuencia, la aplicación de las medidas de contención. El objetivo principal del modelo Safewards es detectar aquellos factores de los dominios de origen que pueden desencadenar puntos de tensión para reducir la presencia de conflictos en las unidades y la aplicación de medidas restrictivas, mediante la intervención directa del personal asistencial, así como la acción y colaboración de los usuarios en el proceso que también pueden incidir para una menor presencia de conflictos.

A su vez, el modelo Safewards recomienda 10 intervenciones que, aplicadas correctamente, ayuda en la resolución de conflictos minimizando las medidas coercitivas, reforzando la relación terapéutica, generando ambientes más seguros y fomentando el empoderamiento y colaboración de los usuarios en las dinámicas y en su proceso de recuperación.

Esquema del modelo Safewards
Esquema del Modelo Safewards

Beneficios de Safewards

Una correcta instauración de Safewards en las unidades de salud mental se convierte en una práctica basada en el valor que aporta una serie de beneficios:

  • Disminuyen los conflictos y los episodios adversos. Mediante un análisis de la causa raíz de los factores contribuyentes generadores de conflicto, la generación de ideas de cambio y la aplicación de medidas correctoras, y la introducción de las intervenciones propias del modelo, se pueden ver disminuidos los índices de conflictos ocurridos y de medidas coercitivas aplicadas, convirtiendo las unidades de hospitalización de salud mental en entornos terapéuticos positivos, esperanzadores y más seguros.
  • Es un modelo de atención centrado en la persona, teniendo en cuenta sus necesidades y costumbres, respetando a su vez sus derechos.
  • Es un modelo respaldado por la evidencia científica con resultados positivos. Existen publicaciones a nivel internacional que demuestran su efectividad en la recuperación de la persona, en la resolución de conflictos y en una disminución del uso de medidas restrictivas.
  • Tanto los pacientes como los profesionales participan conjuntamente y de forma activa en la implantación del modelo. El abandono de un modelo paternalista y la puesta en acción de un modelo más colaborativo con las personas ingresadas afianza la relación terapéutica, las decisiones compartidas y las expectativas mutuas de comportamiento.
  • Mejora la satisfacción de profesionales y pacientes. El staff se siente más seguro al desarrollar habilidades comunicativas y detectar áreas de mejora que impactan en una disminución de las situaciones de conflicto y del uso de medidas de contención. En ese sentido, los usuarios, al verse disminuidos estos aspectos y al mostrase un agente activo en su proceso de recuperación, se sienten más satisfechos y respetados, mejorando la experiencia del paciente.
  • El presupuesto económico inicial a invertir es bajo. La detección de áreas de mejora, el inicio de algunas acciones proactivas y la instauración de las intervenciones propias del modelo no requiere de una inversión económica inicial elevada.
  • Su aplicación cumple los Quality Rights. Se trata de un modelo que va en línea con los Quality Rights dictaminados por la OMS y está diseñado para respetar la dignidad y los derechos fundamentales de la persona.
  • Representa una mejora de la calidad asistencial de las organizaciones. Iniciar un plan de mejora para disminuir las contenciones mecánicas, reducir y prevenir eventos adversos que pueden impactar en la seguridad del paciente, y revisar circuitos y procesos asistenciales se puede ver traducido en una mejora de indicadores y resultados, contribuyendo a la mejora continua de las organizaciones.
  • Debido a su reciente validación, resulta un modelo innovador que puede explorar nuevas causas, alternativas y factores que hasta ahora no habían sido detectados, y abre las puertas a nuevas líneas de investigación.

Safewards representa una nueva forma de entender e interpretar las situaciones y episodios adversos que ocurren en las unidades de salud mental, y sienta las bases para poder abordar estas situaciones de conflicto de una forma más humana, empática y respetuosa con las personas que están ingresadas, manteniendo unos estándares de seguridad y minimizando las medidas coercitivas, y especialmente las contenciones mecánicas.

Pasar a la acción

Delta Project ayuda a las organizaciones a poner en práctica el modelo Safewards, conociendo las características de su marco teórico, ayudando a analizar cómo se producen los conflictos dentro de las unidades, detectando necesidades y acciones de mejora con potencial de cambio, aplicando las intervenciones y evaluando su impacto.

Todo ello ayudará a adquirir una cultura de atención más respetuosa con la persona y sus derechos, a generar ambientes terapéuticos más seguros, a adquirir habilidades comunicativas que afiancen la relación terapéutica y, en consecuencia, a disminuir el uso de medidas restrictivas como la contención mecánica.

Sí se puede.

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